(Dr. Leonel Argüello Yrigoyen, Médico Epidemiólogo-Director Ejecutivo de PCI/Miembro de Federación Red NicaSalud)
Las personas pueden pensar en suicidarse cuando pierden las esperanzas y no encuentran otra solución a sus problemas. Puede relacionarse con una depresión seria, abuso de alcohol, de otras drogas o un acontecimiento muy estresante en su vida.
Todo el mundo se siente triste, deprimido o enojado algunas veces, especialmente cuando tiene que lidiar con las presiones de la escuela, el trabajo o la ausencia de éste, los amigos y la familia. Sin embargo para algunas personas esa tristeza y desesperanza simplemente no va a desaparecer e incluso problemas más pequeños les es muy difícil de manejarlos.
Si un miembro de la familia o un amigo está al borde del suicidio, no lo deje solo, intente conseguirle ayuda. Aunque Ud. no crea que intente realmente suicidarse, tome seriamente cualquier comentario sobre el suicidio o deseos de morir. Las personas antes de suicidarse piden ayuda a su manera, pero nosotros no somos capaces de escucharles.
Necesitamos aumentar nuestros conocimientos por si vemos algunos de los siguientes comportamientos: –ha amenazado o hablado sobre hacerse daño o matarse; –ha buscado maneras de hacerse daño con armas de fuego, sobre medicándose, tomando insecticidas; habla sobre la muerte y/o de morir cuando ese tipo de tema no es normalmente lo que conversa; se siente sin esperanza, con furia, ira fuera de control o atenta vengarse con otras personas.
También hay señales de suicidio, como actuar impulsivamente y/o involucrarse en actividades arriesgadas; sentirse atrapado y sin salida; aumentar el uso de alcohol o drogas; aislarse o apartase de amistades, familia o de la comunidad; sentirse ansioso, agitado, no poder conciliar el sueño, o dormir demasiado, sentir dramáticos cambios del estado de ánimo, perder la razón de vivir o de valorar su vida. Puede ser también gente que comienza a aclarar sus asuntos personales y regala las posesiones, se despide de amigos y familiares o tiene cambios anímicos que van desde la desesperación a la calma.
Si detectamos a tiempo podremos brindar una mano amiga.